Pardina de la Corona

Cualquier amante del Prepirineo sabe que Sodoruel es un territorio duro.  Duro y gozoso al máximo.

Decidí conocer la Pardina de la Corona partiendo de Latrás, tierra de nuestro turbulento Lupercio; remontando el barranco de Casa Baja y disfrutando de senderos desconocidos.  Pero pasar el día refitoleando por estos territorios tiene, además de muchos pros, algún inconveniente.  Es decir que hay que tomar cierta actitud de jabalí para no tener una mala experiencia, porque es cierto que es un territorio tan bonito como áspero.  

Barranco de Casa Baja

Un GPS es imprescindible en estas condiciones, así que decidí armarme con los tracks de Beorlegui que, visto lo visto, está más loco que yo (por este territorio, se entiende). Lo único que incumplí (y que a la postre me condicionó toda la excursión) fue lo que siempre reprocho: comenzar a andar tarde.
 
El primer tramo asciende por una pista paralela al barranco, a la vista de unas pozas que debería haber aprovechado y erróneamente decidí dejar para la vuelta.  Pero la pista se empieza a ensuciar (= a complicar), y tras cruzar un pequeño pinar de repoblación a medio limpiar, entro en una estrecha senda por la que, a tramos, no tengo claro cuantos seres vivos transitan a lo largo del año.  Desde luego, a dos patas pocos.  Y racionales, ninguno.

Una mirada al camino dejado atrás

Finalmente, con un impresionante calor y arañazos varios, llego a la Pardina de la Corona y desisto, tanto de llegar hasta la cercana virgen de Ubieto, como de volver por el mismo sitio (¡adiós baño en las pozas!).  

Pardina de la Corona

Bonita vivienda de pardineros en un inspirador emplazamiento, más aún en este verano que va retrasado y, en pleno julio, sigue remedando una frondosa primavera.  

Me sorprendió la temprana fecha de 1723 inscrita en el dintel de la vivienda, inusual en la gran mayoría de pardinas.  Por cierto que el dintel de la ermita de Ubieto está fechado en 1739.  Parece que por estas fechas se estaba renovando la zona.

Bonita vivienda de pardineros, con las jambas de la puerta a medio robar

En su historia reciente fue Gastón de Jaca el dueño de la pardina Corona y la cercana Viscasillas (no en vano, era apodado "Gastón sietepardinas").  Aunque no dispongo de los datos, entiendo que pasarían a ser compradas por el Patrimonio Forestal del Estado puesto que, como tantas otras, fueron ampliamente repobladas de pinos y actualmente son propiedad de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Viscasillas es heredera del desaparecido lugar de Bescasiella, pero la pardina Corona no tengo claro que tenga historia previa (el desaparecido lugar de Obeto, donde está la actual ermita de Ubieto parece demasiado cercano como para que hubiera dos pueblos).  En su etapa final, ambas pardinas parecieron tener más relación con Orna (ahora término de Sabiñánigo), pese a ser (actualmente y tras las numerosas fusiones) término de Caldearenas.  No obstante, en un par de visitas a Orna no he logrado dar con nadie que me dé señas de quién pudo vivir en estas pardinas, así que os dejo aquí esta historia por si alguien sabe algo.
 
Término de las pardinas Corona y Viscasillas.  Fuente: IGN.

En cuanto a mi excursión, tras la Pardina de la Corona decidí bajar por pista hasta Orna de Gállego, visitando previamente la Pardina Viscasillas y, por fin, por camino y carretera volver a Latrás.  

Eso sí, os advierto que hay varias pistas forestales que no aparecen en los mapas, por lo que nuevamente recomiendo preparar la ruta en GPS para no acabar, bajo el implacable sol de las dos del mediodía, dando vueltas por pistas sin ton ni son.  Como uno que yo me sé.

Pardina de Viscasillas, totalmente comida por la vegetación

Comentarios